lunes, abril 09, 2007

No se veía cansada, -no!, cansada para nada- Exhausta! Es la palabra.
Pobrecita, parecía una lobezna invernando –no hubo ruido que la despertara-. Mmh, lobezna no, Mejor dicho una Leona!; una leona descansando después de la caza y el deleite del manjar de un sabroso cordero. No!, corderos no, a un burro rayado –y que burrote- y una escultural ágil gacela –ni tan ágil, comparada con la Leona-.
Esta asecho y capturo incautos a sus presas, demostró quien es la reina de la selva posando sus garras sobre sus pechos y poco a poco devoro dejando nada a su paso.
Como es usual, los cuerpos deshidratados después de una lucha mano a mano, el consumo de un cuerpo rico en proteínas y el derroche de energía por sobrevivir. Dejaron exhausta a la voraz felina, haciéndole dormir como cachorra gatita.
°°
Pobre de mi niña, que será de ella si sigue a este ritmo, la tendré que llevar de emergencias a la cruz roja por agotamiento.

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