martes, febrero 16, 2010

I heart all of You -- Happy friends day

Es curioso como en los sueños resurgen cosas que conscientemente no están a flote.

Normalmente en estas fechas – semanas antes- empezaban mis planes para impresionar, ya sea con regalos, con poemas, con cenas, con festejos paganos y el como me mejoraría a lo que un año atrás habría hecho.

Este año fue distinto, me sentí liberada de esa auto-presión y estrés por no saber que hacer. No le di importancia alguna, ni maldije, ni me queje, ni vi con malos ojos la forma en que la sociedad que me rodea se comportase.

Pero una tarde antes de tal día, tocaron a mi puerta y al abrirla ahí estaba ella, su cabello rojizo a los hombros encrespados un poco por la humedad de la región; Vestía una falda larga muy casual que le sentaba muy bien, podía ver sus lindos pies que calzaban sandalias, no portaba maquillaje solo el brillo de su piel rosada aterciopelada le iluminaba. Me sorprendió mucho verla así de cerca en el lumbral de la puerta de mi nuevo hogar.

Me dio un paquete en mano, no le di importancia alguna a su contenido – el verla ahí parada a tantos kilómetros de su casa, el haber tomado un avión hasta tabasco, un camión hasta cárdenas, un taxi hasta el ingenio, todo eso para mi era el mayor regalo que nadie me pudiese haber dado-. No me arroje a ella para estrujarla en mis brazos por que se que no es el tipo de afecciones que disfruta, pero se que podía percibir el latido de mi corazón, el brillo de mi mirada que no se desviaba.

Se pasa como si conociera el lugar, deja su bolso en la mesa y va al fondo a la cocina sintiéndose en casa y buscando jugo que beber, se le notaba agitada y un poco cansada; Anda abre eso que es para ti – me grita desde dentro del refrigerador -. Abro el paquete y veo que era una lata vieja oxidada en forma de corazón, parecía el viejo contenedor de algunos chocolates muy lujosos.

Me senté en mi cama, coloque la lata en mis piernas y me dispuse abrir la tapa ejerciendo un poco de fuerza, pero con la delicadeza suficiente para no estrujar cualesquiera que fuese el contenido. Lo primero que veo es un papel que envolvía protegiendo el contenido, destape los pliegos y me detengo asombrada de lo que encontré.

Un nudo en la garganta se me hizo cuando quise tragar saliva, los ojos me brillaron incrédula de lo que veía, tome el primer arte facto diminuto en mis manos; no se como describir la emoción que sentí, la felicidad y a su ves la incredulidad de saberme tan bien conocida por ella. Esa serie de pequeños detalles que representaban partes muy importantes en mi vida estaban ahí dentro y ella lo sabia, ella sabia lo importante que para mi eran y los guardo para entregármelos.

Tocan a la puerta nuevamente la cual apresuradamente abro al despertarme.

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