miércoles, julio 04, 2007

El baño es un dilema para mi, o mejor dicho el –como vulgarmente se dice- cagar.
Tengo de manera rutinaria ir hacer-del-dos a ciertas horas, si me encuentro en mi casa puedo ir al momento que me den ganas, pero si hay alguien mas que no sea parte de mi circulo familiar esas ganas se ven oprimidas por un tapón mental y no saldrán así tenga chorro.

Recuerdo que cuando llegue a esta ciudad me tomo alrededor de cinco días poder soltar una tortuguita en el agua; aun así no fue fácil, tuve que confesar a mis anfitriones de casa que tenia ya un ser creciendo dentro de mi que necesitaba – me urgía- sacarlo. Ellos cooperaron a salir de casa cada que yo les indicaba – era un tanto bochornoso- para mi era incomodo hacerlo aun estando a solas, mis posaderas no estaban acostumbradas a no usar un como asiento de plástico; además me veía obligada a disfrazar los aromas concentrados con humo de papel quemado – mmm ¿habré logrado lo que me proponía?-.

En el trabajo es un martirio también; hace unas semanas debido a que tenia ya días enferma del estomago, tenia que desalojar lo que me hacia daño o simplemente permanecer incomoda por el resto del día – y vaya que puedo tolerarlo- un día descubrí que hay un baño que nadie usa antes de las 6pm por que esta en el gimnasio y a demás tiene cerradura. Se me hizo costumbre siempre a eso de las 4pm ir a visitarlo. Hoy que he regresado a trabajar después de tres semanas, mi cuerpo automáticamente se adecuo a esta rutina.

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Estas dos últimas semanas las pase fuera de casa, compartiendo casa con dos personas un tanto desconocidas. La primera semana como es de esperarse en mi casa me convertí en una hoya de presión y como toda hoya de presión requiere de una válvula de seguridad o explota. Mi válvula estuvo a punto de reventar en el momento más inoportuno. Salí de la reunión de costos que trataba, me dirigí a la sala de trabajo que me asignaron –la cual afortunadamente tenia baño propio-, llegue a dicha sala y me encuentro con una junta de trabajo de unas 10 personas, Salí inmediatamente y fui a las oficinas generales por la hora solo encontré a una persona, me vi en la necesidad de pedir el baño contiguo – por fortuna esta persona tenia otro baño aparte, así que las posibilidades de que entrara al mío eran remotas- me senté y sin esfuerzo alguno salió toda la producción de una semana como si fuera mantequilla, dos minutos mas tarde estaba ya parada. En este momento junto con el gozo de un cuerpo limpio llego el delirio de persecución que me asecha y me dice “alguien va entrar después de mi y sabrá lo que hice”. No traía cerillos conmigo, ni había desodorante en aerosol, ni perfumes; pero ah frente a mi yacía una botella llena de liquido azul de limpiador para ventanas, la tome y rocié todo, la taza, el agua en la taza, las paredes, el techo la puerta los roncones, el cesto de la basura, todo.

Creo que tengo un leve problema, pero nada comparado como el tener que sacar a medio mundo de la habitación para poder tirarme un pun.

jejeje

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