lunes, enero 28, 2008

Las noticias alarmantes y amarillas están al alcance y alrededor de todo citadino. Hoy me ha llegado un correo de familia que vive en el norte. Muy corto, me preguntan que como estamos, me envían a mi y mi familia bendiciones, me preguntan si recuerdo a cierto primo – Claro, como no hacerlo, era casi de mi edad y aunque no convivimos mucho se a la perfección de quien se trataba, inclusive tengo muy presente su figura y rostro-, Ayer amaneció muerto, según por entro en discusión con sus hermanos – mis primos menores- le echaron de la casa –o el se salió, la verdad desconozco los detalles- y por causas del clima falleció congelado.

Las noticias de muerte nunca son agradables, y aunque siempre en mi rancho han dicho que cuando mueres de frio no se siente – te vas quedando dormido y mientras te pierdes en el sueño vas pasando al mas allá- . No me siento triste, no siento nada por esa noticia, es lamentable, y solo deseo que su familia quienes aun están vivos, puedan encontrar paz.

El pensar en los sucesos, me imagino entrar en tal discusión con mi familia que alguno tenga que salir disparado para desahogarse; una tragedia así seria devastadora, - Amor! Te amo tanto.

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