miércoles, septiembre 08, 2010

Ahora le toca a Michoacan

Llevo ya dos semanas y media trabajando en Michoacán

Los días se me van rápido, por que tengo bastante trabajo; aquí las instalaciones son mas campestres y la gente es muy acogedora. Mi estancia aquí es muy cómoda, una casa para mi sola, con todos los servicios, (no hay Internet, pero ello no lo hecho de menos), hay una mesa de billar en el área de sala que espero pronto poder utilizar, no me preocupo por el aseo por que hay quien me atienda; la señora del aseo – de quien no se su nombre – siempre esta al tanto de que no me falte nada y como sabe que no tomaba leche por la intolerancia a la lactosa, ha mandado traer leche deslactosada hasta la ciudad solo para mi (vivo en un pequeño pueblo de Michoacán). Siempre me deja un plato de fruta fresca en mi habitación, que he notado la cambia si no me la como, se ha percatado que por los brakets no puedo comer manzanas ni duraznos, así que dejo de surtirme ello.

La vista aquí es encantadora, detrás del ingenio esta una barranca donde nace agua, a un costado pasa un tren – y justo en estos momentos suena avisando que pasa por nuestro camino -, frente al ingenio hay un par de montañas muy grandes, con un verde frondoso del bosque, y por las noches se puede apreciar la negrura del cielo adornado con sus brillantes estrellas.

Este ingenio solía ser una hacienda de monjes el cual por su arquitectura esta considerada propiedad de la nación, tiene una huerta de árboles frutales, llena de pasillos y bancas donde te puedes perder para alejarte de todos.

Me gusta este ingenio por pequeño y pintoresco.

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