lunes, enero 14, 2008

La familia de mi chica tiene un sazón para la cocina delicioso, que no conozco a nadie que diga lo contrario; cada quien se especializa en cierto tipo de platillos o comidas. Mi suegra por ejemplo, a ella se le da los postres de todo tipo.

Por lo regular en temporada navideña hace repostería que siempre es bienvenida, - con el frio que hace, no hay mejor manera de generar calor comiendo hartas galletas de café rellenas de chocolate-. Esta última navidad, solo hizo muy pocas galletas – que creo que solo para su casa- yo vi unas cuantas en el recipiente de galletas, pero como no me ofreció, a mi me dio pena pedir. Ella es siempre muy amable conmigo, que estoy segura que si no me ofreció fue simplemente por descuido.

Ayer pasamos una velada de película –ush que cliché!- aunado con una sala llena de gente tirada en los sillones, cobijas, luz que invitaba a no hacer nada , una buena selección de películas; también teníamos munchis de todo tipo, papitas, chicharrones, regresos, fruta, etc.

A media tarde casi anocheciendo, yo con mi dieta, y las ganas de comer, mantuve control todo el tiempo. Me moría por algo dulce, - y no sabia que – así que se me ocurre ofrecer café, nada mal la idea, el café me daría la sensación de alimentarme de calorías y la crema con el sustituto de azúcar me darían el sabor dulce que mi paladar añoraba.

A todos mis invitados les pareció la idea, me dispuse a preparar café. Al regresar a la sala con las tazas de agua caliente y todos los ingredientes para preparar café soluble, me percate de una bolsa con galletas-de-café-rellenas-de-chocolate-que-tanto-me-encantan-y-que-desde-hace-unas-semanas-tenia-antojo-y-por-pena-no-pedi-y-ahora-por-estar-a-dieta-no-podria-comer-solo-una . . .

¡No puede ser!, ¡maldita mi suerte! Mi dieta por ser cero hidratos de carbono impide que coma la mínima cantidad de carbos, de lo contrario me inflaría como un cerdo astriñido –ese es el problema de quienes llevan esta dieta y creen que media galletita no les hará daño- asi que apreté los dientes hice un ruido de coraje y les dije a todos – grrrrrrrr! Como se me antojan esas galletas a la ves que estreche mis manos hacia ellas, tome la bolsa inhale todo lo que pude de ese aroma con sabor a café, mantequilla, chocolate obscuro y muchas calorías; que logre satisfacer lo que mi mente deseaba – el consumir algo dulce-.

Me tome mi café que tan rico prepare, disfrute de la película y satisfecha sin romper mi dieta termino la velada.

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